Mientras nosotros sentimos frío nomás con levantarnos de la cama, la extraña aparición de un felino que puede soportar temperaturas gélidas resultó ser una de las noticias más emocionantes para arrancar el año. No solo por la felicidad de que sea 2023 y sigamos descubriendo cosas inesperadas de nuestro planeta —perdón por lo cursi, no me pude contener—, sino porque un sorpresivo reporte reveló que existe al menos un gato que vive en el Everest, la montaña más alta en la Tierra.

Además, como si eso no fuera suficiente, resulta que el gato en cuestión está súper tierno. Miren nomás:

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Foto del gato que vive en el Everest, un ejemplar del gato de Pallas // Foto: PICA Project

De acuerdo con esta histórica investigación en la cumbre de Nepal, este gato —que jamás se había descubierto antes en el Everest— podría tratarse de un ejemplar del gato de Pallas, también conocido como manul.

El extraño gato del Everest

Un grupo de científicos del Cat Specialist Group, dedicado exclusivamente a los felinos en el mundo, presentó recientemente los resultados de su primera investigación para descubrir al gato que vive en el Everest, la montaña más alta del planeta.

En su viaje de cuatro semanas por las cimas de la cordillera del Himalaya, cuentan, encontraron sorpresivas muestras de ADN o restos ambientales —manera científica de llamarle a la popó, suponemos— que les apuntaron a que había felinos habitando la montaña.

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Foto del gato que vive en el Everest, un ejemplar del gato de Pallas // Foto: PICA Project

Al regresar a tierra firme para analizar sus muestras se dieron cuenta que podría tratarse de un ejemplar de gato de Pallas o manul que vive a más de 6 mil metros de altura.

¿Eso qué tiene de especial?

Pues estos gatos de Pallas son una especie de gato súper difícil de encontrar. Científicos especialistas en este felino cuentan que son reservados, que rara vez son vistos e incluso, admiten, que “conocemos muy poco”.

Y lo que conocemos de ellos, tenemos que decirles, está bien tierno. Son chaparritos, tienen patas cortas y son distinguibles gracias a su tremendo pelaje. Prácticamente todos los gatos de Pallas son blancos, grisáceos, para camuflajearse en los climas fríos como el Everest. Tienen las orejas pequeñas y unas marcas negras en la frente.

¿Dato inútil? Son uno de los pocos gatos en el mundo con pupilas redondas.

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Foto del gato que vive en el Everest, un ejemplar del gato de Pallas // Foto: PICA Project

Eso sí, son carnívoros. Los restos de ADN que dejó este gato que vive en el Everest apuntan a que este extraño gato de Pallas comía conejos y una especie exclusiva de zorro que vive en Nepal.

“Es fenomenal descubrir las pruebas de esta especie extraña y notable en la cima del mundo”, contaba uno de los investigadores. “El descubrimiento del gato de Pallas en el Everest ilumina el camino sobre este remoto ecosistema alpino, a miles de metros de altura, y su riqueza de biodiversidad”.

El gato de Pallas es una especie protegida en el planeta, que pocas veces ha tenido contacto con la humanidad, así que la aparición de este felino en el Everest nos cuenta una historia bastante interesante de cómo —y dónde— viven.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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