Por: Encarni Remolina

El 10 de septiembre el calendario de Naciones Unidas marca el Día Mundial de Prevención del Suicidio. Según cifras de la Organización Mundial de Salud, en los últimos 45 años la tasa de suicidio a nivel mundial ha aumentado en 60%. 800 mil personas mueren cada año en el mundo por suicidios; esto quiere decir que cada 40 segundos muere una persona al quitarse su propia vida y se cree que si los casos frustrados hubiesen sido exitosos, la cifra aumentaría 20 veces más.

Una de las metas de desarrollo de Naciones Unidas para 2030 es la reducción en una tercera parte de la tasa de suicidio mundial por medio de la pronta detección y atención a enfermedades mentales.

La depresión y el abuso de sustancias como puede ser el alcohol son las mayores causas en Europa y América del norte mientras en Asia es más impulsivo.

José Villela, médico psiquiatra que ha profundizado en el tema del suicidio y su prevención, nos concedió una entrevista para poder entender más lo que está pasando en nuestro país así como las formas de detectar y apoyar a un ser querido que pudiera estar teniendo pensamientos suicidas.

El Doctor Villela, quien además acaba de regresar de los Parapanamericanos donde representó a México en natación, tuvo un accidente que le cambió la vida hace casi diez años al dejarlo con una lesión en la médula y en una silla de ruedas. Tenía 23 años y estaba a punto de terminar la carrera de medicina cuando un camión de basura cayó desde el segundo piso del periférico sobre su coche. Para sorpresa de los que se acercaron tras el accidente, él estaba vivo.

Foto: Facebook José Villela

Desde entonces, después de haber luchado con su propia mente y pensamientos depresivos al ver su vida cambiada y sus planes detenidos, se ha dedicado a atender, escuchar e inspirar a otras personas que pueden estar pasando por momentos negativos en sus vidas.

Antes de pasar a la sección de preguntas y respuestas, quiero agradecer especialmente al Doctor por compartirnos su conocimiento para esta nota y por seguir compartiendo con el mundo su historia de vida y experiencia siempre enmarcada por una gran sonrisa.

– ¿Sería justo decir que todos los suicidas son depresivos?

Si bien la depresión está presente en la gran mayoría de las personas con conductas suicidas, no es el único factor asociado. Quienes padecen trastornos por uso de sustancias como alcohol y trastornos psicóticos como la esquizofrenia, tienen un riesgo mayor de suicidio que la población general, sobre todo cuando coexisten con depresión.

En el caso particular de alguien con depresión, algunas características pueden conferir mayor riesgo, tales como la severidad del episodio depresivo, altos niveles de desesperanza y altos niveles de impulsividad-agresión. Entre el 30 y el 40% de las personas que mueren por suicidio padecieron trastornos de personalidad, principalmente trastorno límite o borderline. Sin embargo, prácticamente la totalidad de las personas con trastornos de personalidad que mueren por suicidio, presentan con trastornos afectivos de tipo depresivo, trastornos por abuso de sustancias o ambas.

Existe un porcentaje nada despreciable de personas que cometen suicidio sin tener un diagnóstico psiquiátrico previamente establecido. Sin embargo, esto no significa que no tuvieran psicopatología. También hay desafortunadamente muchos casos de suicidios cometidos de manera impulsiva, no premeditada, asociada a emociones intensas de enojo, frustración o ansiedad.

– ¿Cuáles son las mayores causas de suicidio en México?

Siguiendo una tendencia global, las tasas de suicidio en nuestro país se han incrementado drásticamente en los últimos años, sobre todo en jóvenes. De hecho, constituye ya la tercera causa de muerte en el grupo de edad de entre 15 y 24 años, por detrás de los homicidios y accidentes.

De acuerdo a datos del INEGI, en el año 2017 se documentaron en México 6,559 suicidios. Esta cifra probablemente no refleja la totalidad de las muertes por suicidio ya que existe un subregistro considerable. Los estados de la república con mayores tasas de suicidio en ese año fueron Chihuahua (11.0 por 100,000 habitantes) y Aguascalientes (10.2). Por el contrario, las entidades con menores tasas fueron Guerrero (2.0) y Veracruz (2.6).

En cuanto a las principales causas que resultaron en un presunto suicidio, de los 6 559 casos, el 80.3% fueron por ahorcamiento o estrangulamiento y el 7.9% por armas de fuego.

– ¿Existen formas o señales para detectar a un posible suicida entre nuestros familiares o seres queridos?

Cuando nos preocupa que un ser querido pueda estar en riesgo de lastimarse, debemos tomar en cuenta los cambios en su conducta o la aparición de conductas completamente nuevas, ya que está demostrado que la mayoría de las personas que se suicidan mostraron señales de alarma en su conducta antes de quitarse la vida. Algunos indicadores que podemos detectar son:

  • Conversaciones sobre la muerte o sobre querer morir
  • Búsqueda de métodos para causarse la muerte, ya sea preguntando o investigando
  • Conversaciones sobre sentirse desesperanzado y sin sentido en la vida
  • Conversaciones sobre sentirse atrapado o en con un dolor insoportable
  • Conversaciones sobre ser una carga para otros
  • Incremento en el uso de alcohol o drogas
  • Conducta ansiosa o agitada
  • Exceso o falta de sueño
  • Aislamiento
  • Muestras de enojo o expresión de querer vengarse de alguien
  • Cambios drásticos de estado de ánimo

– ¿En el Instituto Nacional de Psiquiatría cuentan con programas de prevención/ información sobre suicidio?

En el Instituto se realizan actividades académicas y de investigación enfocadas a la prevención del suicidio. Anualmente se da un curso presencial sobre prevención de suicidio de 30 horas de duración que va dirigido a médicos, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, personal de enfermería y otros promotores de la salud comunitaria. Asimismo, la Unidad de Difusión ofrece material diverso como videoconferencias sobre éste y muchos otros temas relacionados con la salud mental.

Dentro del campo de investigación hay grupos dentro del Instituto orientados a la epidemiología del suicidio y al desarrollo de políticas públicas.

En el aspecto clínico se brinda atención médica psiquiátrica de urgencia a personas con ideas suicidas o que hayan realizado un intento suicida reciente.

– ¿Existe alguna línea telefónica de apoyo?

En caso de que una persona tenga ideas o conducta suicida lo indicado es acudir a una valoración médica psiquiátrica de urgencia. Para tal fin, la Dirección de Servicios Clínicos del Instituto dispone de un servicio de Atención Psiquiátrica Continua (APC) de 8:00 a 21:00 horas los 365 días del año.

Si se requiere de escucha o contención telefónica puede ser útil recurrir a este servicio que brindan algunas organizaciones de forma gratuita, teniendo en cuenta que dicha intervención no suple la necesidad de una valoración integral. Una de ellas es el Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL), disponible las 24 horas en todo México en el teléfono (55) 5259-8121.

– En caso del suicidio de un ser querido, ¿cómo se puede manejar la culpa de los amigos o familiares? ¿es cierto la idea que nos queda de que podríamos haberlo detenido?

Tras una muerte por suicidio se desata una reacción emocional intensa en el círculo más cercano a la persona que incluye sentimientos de tristeza y enojo. Si bien cualquier proceso de duelo es difícil, un duelo por suicidio es aún más complejo y traumático.

Las personas que se enfrentan a este proceso generalmente requieren mayor apoyo para transitarlo y habitualmente obtienen menos. Lo anterior se debe a que el suicidio es un fenómeno difícil de contemplar, el hecho de que sea un acto auto-infligido y al estigma que impera al respecto.

Después del homicidio de un ser querido, quienes le sobreviven pueden dirigir su ira hacia el perpetrador. En el caso del suicidio, la víctima es el perpetrador, por lo que la respuesta emocional en los cercanos tiende a ser mixta o confusa. Por un lado la persona que muere por suicidio se puede conceptualizar como una víctima de una enfermedad mental o de una circunstancia intolerable. Pero por otro lado el suicidio puede ser visto como una agresión o un rechazo a quienes le rodeaban, por lo que pueden surgir sentimientos de enojo, repulsión o abandono que dificultan la asimilación de la pérdida.

En el proceso de asimilación de la muerte por suicidio de un ser querido, con ayuda profesional, el sobreviviente tendrá que reconciliarse con un sentido profundo de sus propias limitaciones, entendiendo que ninguno de nosotros es capaz de controlar las acciones de otros. Aunque demos lo mejor de nosotros en cada uno de nuestros roles, nadie es perfecto padre, hijo, hermano, esposo o amigo, así como nadie es capaz de sanar directamente el dolor ajeno.

– La creencia de que un suicida que anuncia que cometerá suicidio, solo quiere llamar la atención, ¿es cierta?

Si bien es cierto que la amenaza de suicidio se utiliza con frecuencia con fines de manipulación o agresión, ninguna verbalización a este respecto debe ser tomada a la ligera. Se tiende a pensar que quien verdaderamente va a suicidarse no lo anda anunciando, sin embargo, esto no es verdad en una gran proporción de personas que se quitan la vida. Lo recomendable es que ante cualquier comunicación de alguien cercano sobre este tema, éste sea dirigido a un servicio profesional de atención en salud mental, donde un especialista pueda profundizar sobre la naturaleza de sus pensamientos y conductas y le ofrezca una opción terapéutica oportuna.


Así que si tú, como yo, tienes una velita que encender por alguien que decidió dejar este mundo por decisión propia, hazlo. Iluminemos el camino a los que hoy necesitan una palabra de aliento, una mano o alguien que los escucha.

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