Un grupo de científicos creen que se pueden desarrollar estructuras que solucionen el problema de la escasez de agua en el mundo.

Después del oxígeno, no hay un solo elemento más importante que el agua para la supervivencia de los seres humanos. Y, sin embargo, poco a poco nos acercamos a una crisis gigante de la que no tendremos escapatoria. Actualmente, cerca de 17% de la población mundial vive con algún tipo de estrés hídrico. Es decir, algo así como 1,100 millones de personas sufren de falta de agua de manera cotidiana. 

La escasez del agua nada más empeorará con el paso de los años y con el avance de la crisis ambiental. En la medida que aumenten las temperaturas en el planeta—y nos acerquemos más a pasar la barrera de los 1.5ºC en relación con niveles preindustriales—, ese estrés hídrico será más complicado.

Según estimaciones de Unicef, para 2030 podría haber más de 700 millones de personas desplazadas por completo de sus regiones por falta de agua; asimismo, para 2040 se calcula que 25% de los niños del mundo vivirán en regiones con una crisis hídrica extrema.

Soluciones innovadoras para problemas gigantes

En un contexto tan complejo, una gran cantidad de científicos en todo el mundo tratan de encontrar soluciones a los problemas que giran alrededor de la escasez del agua. Por un lado, en términos de regulación de temperatura; por otro, en una búsqueda de agua potable. Lo anterior porque 97% del agua en la Tierra se encuentra en océanos y es demasiado salada para poder ser bebible. 

Esas soluciones pasan, por ejemplo, por tratar de convertir el agua salada en agua potable a través de mecanismos de fácil desplazamiento. O por tratar de reciclar los recursos hídricos del planeta para hacer uso frecuente de agua tratada. Sin embargo, hoy en día alrededor de 80% del agua que se utiliza termina desperdiciada.

No obstante lo anterior, la mayoría de las soluciones actuales tienen escalas relativamente pequeñas; incluso en casos en los que se pretende atender ciudades pequeñas completas. Lo mismo pasa con los sistemas de captación de agua de lluvia. Se trata de muy buenos comienzos, pero que no serán suficientes para revertir el problema en el que estamos… y la crisis todavía peor que se viene. 

¿Es posible crear una fuente de agua ilimitada?

Y aquí es donde llegan las buenas noticias. O, más bien, que chance van a haber buenas noticias pronto. También hay que atenuar ese pronto y decir “pronto”. Pero el punto es que un grupo de científicos de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, creen que se pueden desarrollar estructuras que solucionen, hasta cierto punto, el problema del estrés hídrico para regiones enteras. 

En un estudio publicado en Nature Scientific Reports hace unas semanas, los científicos Afeefa Rahman, Praveen Kumar & Francina Dominguez proponen que se establezcan mecanismos suspendidos a más de 100 metros de cualquier superficie para captar agua que actualmente es desperdiciada en todo el mundo: aquella que se encuentra como vapor por todos lados. Al parecer, una estructura de 200 metros cuadrados bien podría abastecer con agua a regiones enormes, incluso aquellas que adolecen de estrés hídrico actualmente.

Es interesante que esta propuesta podría replicar el ciclo del agua natural e incluso funcionar, combinado con otras tecnologías, para atender otros problemas relacionados con la crisis ambiental global. Además, creando una fuente ilimitada de agua. Es decir, se prestaría para trabajar en una escala que hoy en día es inconcebible. Por el bien de todos en este planeta, ojalá que el desarrollo de esos modelos avance… y a pasos acelerados.

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