Ayer, 17 de octubre, Billy Idol se presentó por primera vez en México… y lo hizo de manera genial. Pero eso no será lo más recordado de la noche, desgraciadamente.

Curiosamente, Billy Idol siempre ha evocado a esos personajes post apocalípticos que se baten en las calles, donde no existe más ley que la fuerza bruta. Un tipo salido como de Mad Max… lo cruel, es que escenas similares a las del filme de Mel Gibson se desarrollaban a kilómetros de distancia del Palacio de los Deportes. Miles de kilómetros de distancia, sí, pero ¿alguien puede disfrutar un concierto luego de saber lo que ocurrió en Culiacán?

Foto: Chino Lemus

La culpa es de las redes y uno de güey que no puede dejar de estar atento a ellas. Luego del grupo abridor, varios echaron ojo a sus celulares para checar… y ahí aparecía lo que ahora todos saben. Algunos, como si nada, pero otros no podíamos dejar de pensar en el asunto, por mucho que estuviera frente a nosotros toda una leyenda del punk rock. Y eso que inició durísimo, con “Crandle of Love” de su Charmed Life (1990).

Pero bueno, para eso son los conciertos. No sólo para ver de frente al ídolo, sino para olvidar por un rato los problemas y dejarte llevar… y Billy Idol tiene ese algo que hace que así suceda. Incluso desde antes de salir a escena. Quiero pensar que ese largo tema de NEU! fue puesto para ir creando esa atmósfera ochentera de rock básico, potente y duro que tuvo como cereza del pastel la salida del exintegrante de Generation X y sus músicos.

Foto: Chino Lemus

Ya para la segunda canción… adiós a todo lo de afuera. El Palacio de los Deportes (a reventar, por cierto) ya estaba totalmente entregado. Y cómo no iba a ser, si el británico echó la carrocería entera con, quizás su éxito más conocido, “Dancing With Myself”, para luego bajar un poco (pero no tanto) con “Flesh for Fantasy”, canción con la que todos nos dimos cuenta que hubo un pequeño error con los visuales, los cuales se limitaron a mostrar el penoso “no signal” de la computadora a los proyectores, supongo.

Pero la gente ni en cuenta… o más bien, ni tan necesarios fueron (aunque por ahí en “Blue Highway” cedieron y, lo poco que se vieron, parecían bastante buenos), el carisma de Billy Idol acabó por llenar el escenario y más cuando derribó su aparente coraza y explicó que “Ghosts in my guitar” era un tema dedicado a su padre que murió de cáncer.

Foto: Chino Lemus

Sólo hora y media necesitó Billy Idol para complacer a sus fans, quienes –la mayoría– no pusieron ningún “pero” cuando cerró el show con “Mony Mony”… luego de haber hecho vibrar todo el lugar con “Eyes without a face”, “White Weeding” y la mejor de la noche (o al menos la que más le gusta a Idol, según él mismo) “Rebel Yell”.

Un gran show el de Billy Idol. Ese personaje de Mad Max, que no se fue sin decir “gracias por hacer mi vida tan jodidamente genial”. Yo creo que muchos le podrían responder “gracias a ti, por hacernos olvidar un rato”. Todo un héroe. Y después… ver que se acabó el encanto con el encender de las luces. La gente saliendo del lugar, nuevamente checando celulares y ya no sólo hablando de lo que acababa de suceder adentro, sino también de lo que les esperaba afuera.

Foto: Chino Lemus

Setlist

Cradle of Love

Dancing with myself

Flesh for fantasy

Can’t break me down

World Comin’ Down

Ghosts in my guitar

Eyes without a face

Soul Standing by

Your generation

Ready steady go

Blue highway

Rebel Yell

White wedding

Mony Mony

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Hola, soy Álvaro. Estoy en sopitas.com desde hace algunos años. Todo ha sido diversión, incluso las críticas de los lectores. La mejor de todas: "Álvaro Cortés, córtate las manos".

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