Syd Barrett nunca se quedó quieto antes de los 24 años, su mente daba para crear música fuera de este mundo y mucho más allá, la fantasía rondaba sus letras y Pink Floyd era una máquina de realizar cuentos antes de ser los creadores del ‘Dark Side Of The Moon’ o ‘The Wall’.

De niño, el ‘Diamante Loco‘ imaginaba dirigir conciertos sinfónicos, nada mal para un pequeño que era adoctrinado por su papá, un anatomista que tocaba el piano, pero no era un prodigio con los dedos en las teclas de marfil.

A Barrett siempre le interesaron los sonidos, tenía un talento natural para aprender a tocar los instrumentos musicales como el arpa y el ukelele; además, los libros eran su otra pasión, mientras los niños de su edad salían a jugar, él prefería tomar libros fantásticos y darse un festín con historias de aventuras, ciencia ficción o irreales, era su mero mole que luego trasladaría a su música.

Esa música que era un viaje psicodélico para muchos, incluso llegó a ser hasta incomprendido y solo los clavados del progresivo le entraban a la onda de Syd. Hasta el último día de su existencia quiso vivir como un niño, libre de responsabilidades. Se retiró de los escenarios antes de los 25 años y vivió de las regalías de ‘The Piper at the Gates of Dawn’, parte de ‘A Saucerful Of Secrets’ y sus discos de solista.

Algunos de sus libros favoritos eran ‘Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll, ‘Las crónicas de Narnia de C.S. Lewis, ‘Los pequeños hombres grises’, un cuento de Denys Watkins-Pitchford, entre muchos otros donde se inspiró para ser uno de los compositores más fantásticos en la historia del rock.

‘Octopus’ o ‘Clowns and Jugglers’

Una rolita basada en el poema de ‘Rilloby-Rill’ de Sir Henry Newbolt, la grbaó para su primer álbum solista y David Gilour le ayudó en la batería. En un principio se llamaba ‘Clowns and Jugglers’, la cual grabó con la banda The Soft Machine.

‘Terrapin’

También grabada en el primer disco de Syd, es un blues que habla de las tortugas espalda de diamante que viven en pantanos de Estados Unidos. El guitarrista amaba las historias que rondaban alrededor de estos seres.

‘The Piper at the Gates of Dawn’

Syd y Pink Floyd nombraron así a su primer disco inspirados en el 7mo capítulo del libro ‘The Wind In The Willows’ de 1908 del escritor escocés Kenneth Grahame, libro que tenía en un altar el entonces líder de la banda.

‘Matilda Mother’

Aquí, los ‘Cuentos aleccionadores para niños’ de Hilaire Belloc fue la inspiración de guitarrista para realizar la canción que también viene en el 1er trabajo de Pink Floyd, por la nostalgia de su niñez y el saber que nunca regresaría.

‘Jugband Blues’

¿La despedida de Barrett de Pink Floyd? Más bien es una pachecada casi circense que se le ocurrió y salió muy bien. A Syd le gustaban las bandas de guerra y usó una en la canción para que tocaran en la parte donde ellos quisieran. El resultado es un viaje psicodélico que gustó tanto a la banda, que al final terminó siendo sencillo del segundo disco.

‘The Scarecrow’

El lado B de ‘See Emily Play’, debido a sus conocimientos, a Syd le encantaba realizar metáforas. Aquí, muestra el sentido de la existencia y su ser, y la compara con un espantapájaros. Ya para este entonces, el líder de Pink Floyd estaba ahogado en LSD.

‘Effervescing Elephant’

Una canción viajada para niños, basada en un poema de Edward Lear y que es una de las más cortas en la carrera de Barrett. La versión en vivo con John Peel es una delicia, mientras que la versión de estudio trae sonidos de ranas, elefantes y otros animales que suelen aparecer en la selva.

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