Selva trágica de Yulene Olaizola está disponible en el catálogo de Netflix como parte de sus originales.

En septiembre de 2020, se llevó a cabo el Festival Internacional de Cine de Venecia, el cual destacó, entre muchas otras cosas, por la participación de Michel Franco en la Selección oficial con Nuevo orden (AQUÍ pueden ver la entrevista y AQUÍ leer la reseña), y por la presencia de la directora mexicana Yulene Olaizola con Selva trágica.

Este segundo título fue tan destacado, que se movió de Venecia para participar en otros festivales internacionales y nacionales como San Sebastián, Nueva York, Guadalajara, se lanzó a otros países como Argentina. En todos destacaron su producción, el trabajo de dirección de Olaizola y la historia.

Finalmente, después de meses de incertidumbre para ver cuándo y cómo llegaría a nosotr@s, es que se anunció su estreno. Primero, llegó a salas de cine el pasado 4 de junio y ahora está disponible en Netflix como parte de sus originales, pues adquirió los derechos de distribución para enriquecer su catálogo más allá de aquel algoritmo.

Póster de 'Selva trágica' para la Muestra de Venecia 2020.
Póster de ‘Selva trágica’ para la Muestra de Venecia 2020. / Foto: Cortesía

Selva trágica

Selva trágica está ambientada en la década de los 20, y el escenario es la enorme selva que sirve a su vez como frontera entre México y Belice. Aquí hay dos protagonistas. La primera es la selva y su inmensidad, y la segunda es Agnes, una joven mujer beliceña que sólo habla inglés  y que se adentra a la selva para escapar de un matrimonio arreglado con un inglés. Agnes huye con su vestido de novia, blanco, y lo hace con la ayuda de una amiga y un señor que las dirige. 

Hay otros dos personajes o grupo de personajes que se involucran con la selva y con Agnes. Un grupo de mexicanos trabajadores del chicle y un grupo de beliceños comandados por el inglés despechado que está desesperado por buscar y encontrar a Agnes para matarla.

¡Imperdible! 'Selva trágica' de Yulene Olaizola llegará a Netflix en junio
Imagen de ‘Selva trágica’. / Foto: Cortesía de Netflix

Selva trágica comienza a tomar forma de thriller de fantasía cuando los mexicanos encuentran a Agnes. Deciden “quedarse” con ella para evitar que los ingleses la encuentren y les digan dónde están, pues la actividad del chicle es peligrosa y el negocio más redituable de la región. Sin embargo, deciden quedarse con Agnes porque es hermosa y la desean… Grave error. 

Agnes despierta a Xtabay, una antigua leyenda maya de la selva que habla sobre un demonio mujer que de blanco, seduce a los hombres, los confunde, y los mata. Agnes, mientras atraviesan la selva que parece estar cada vez más espesa y profunda, termina con cada uno de los hombres que la miran, que tiene intenciones de tocarla, de lastimarla, de apropiarse de su cuerpo. Agnes los seduce, los encanta, los adentra en la selva, y termina con ellos.

Metáfora del colapso de las civilizaciones y del hombre

Olaizola,  con un guion coescrito por Rubén Imaz, convierten a Agnes en una representación del intento del dominio de los seres humanos por la naturaleza, por lo que nos parece inmenso, pero no comprendemos. Constantemente se escucha la voz de un narrador maya que dice:

Pobre de ti si no puedes entender los misterios de la selva. Aprende a escuchar lo que no puedes ver y mantén siempre los pies en la tierra… La selva te da mucho, pero también te quita”. Y lo único que te puede quitar, es tu vida.

Selva trágica es una historia que a simple vista parece ser sobre una mujer dominando los impulsos y los instintos animales de los hombres. Pero en realidad, es la metáfora de la presencia de los seres humanos en la naturaleza, y cómo sin darnos cuenta, nos dejamos absorber.

Indira Andrewin como Agnes en ‘Selva trágica’. / Foto: Cortesía de Netflix

El hecho de que los hombres sean trabajadores del chicle, es importante para comprender la complejidad de un filme como este. Hay reportes que para la década de los 30, se había terminado 25 por ciento de los árboles de chicozapote en México, los cuales traen la resina natural que forma la base del chicle. Los hombres se adentraban en la selva por largos periodos de tiempo, unos ocho meses, para extraer la resina y trabajar el chicle.

Mucho se ha hablado de cómo la tala del árbol de chicozapote para la construcción de templos, y el uso de esta resina, pudo haber sido la culpable de que nacieran las famosas ciudades perdidas en la selva a sur de México y Centroamérica como los templos de Tikal en Guatemala. ¿Por qué dejaron que la naturaleza los absorbiera?, ¿tuvieron opción?, ¿dejaron de comprender a la selva? 

Indira Rubie Adrewin, protagonista de ‘Selva trágica’. / Foto: Cortesía

Se habla de un colapso de la civilización maya de hace siglos. Hablamos de uno que estuvo a punto de ocurrir hace 100 años. Y hablamos ahora de un nuevo colapso que no sólo se le podría atribuir a los mayas (quienes enfrentan una lucha por conservar su patrimonio y regiones), sino al mundo entero: la crisis derivada por el cambio climático.

Estamos a punto de dejar que la naturaleza nos coma porque no terminamos de comprenderla, y por tanto, no la respetamos. Los seres humanos van encaminados a su fin porque no comprendemos que somos finitos frente a la inmensidad de una selva a la que queremos poseer. 

Imagen de ‘Selva trágica’ de Olaizola. / Foto: Cortesía de Netflix

Un trabajo casi documental

Hay algo de ensueño en Selva trágica. La naturaleza, por sí misma, nos brinda una experiencia surreal por sus espacios, sonidos, quienes la cohabitan y el miedo que impera en perderse. El ensueño, la quimera, es más una pesadilla desde la superficie, y el trabajo de producción y dirección respeta eso.

Por lo que es importante destacar lo que hizo Sofía Oggioni con la fotografía; lo que Imaz y Olaizola hicieron junto Israel Cárdenas y Pablo Chea en la edición; y desde luego, la música de Alejandro Otaola que nos mantiene a un paso del colpaso junto a los trabajadores del chicle.

De a ratos, Selva trágica parece un filme documental que expone la realidad de la selva y lo majestuosa que es. Nos dice que a pesar de la aparente calma, nunca hay silencios porque el único momento en que este existe, es porque nos ha absorbido. El filme es pausado, pero lo suficiente para envolvernos en un delirio que debemos analizar para comprender que estamos aquí de paso, contrario a la selva. 

“La naturaleza siempre sale ganando”: Entrevista con Yulene Olaizola por ‘Selva trágica’

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook