Estado de México, Chiapas y Puebla. En lo que va del gobierno de AMLO, estudiantes de las Escuelas Normales Rurales de estos estados se han movilizado por distintos motivos, tejiendo un hilo de retos que las une ya sea por su historia o la búsqueda de mejores condiciones.
Cuando hablamos de historia, nos referimos a los cambios que ha tenido el modelo de las Escuelas Normales Rurales, que nació como una apuesta para acercar la educación a las poblaciones campesinas; mediante docentes del campo, cuyo conocimiento las ayudaría a ser autónomas (AQUÍ puedes checar más información sobre la creación e importancia de las ENR).
Sin embargo, su historia nos cuenta que este modelo se fracturó y pasó por etapas marcadas por la falta de recursos, los esfuerzos de cada plantel por salir adelante, las protestas, los estereotipos, el asedio de los gobiernos o la misma violencia generada en el país hasta llegar a 2021.
Los retos de las Escuelas Normales Rurales
En un primer texto intentamos saber cuál ha sido la importancia de este modelo de educación rural —AQUÍ lo puedes revisar— con la guía de la doctora en Ciencias Sociales por el CIESAS Oresta López Pérez y Diego Juárez Bolaños, doctor en Ciencias Sociales en el área de Estudios Rurales por el Colegio de Michoacán.
Ahora, de nueva cuenta tocamos base con ellos para saber de los retos, porque después de casi cien años de historia, el futuro parece ser incierto para las Escuelas Normales Rurales y su presente sigue siendo complejo.
Recursos
En México hay 266 Escuelas Normales (públicas), de estas 16 son Normales Rurales y una Escuela Normal Indígena.
Una de las diferencias es que las Normales Rurales son también internados y comedores para aliviar los gastos de los y las estudiantes, (esta siempre fue la idea).
Sin embargo, en el caso de las ENR la falta de recursos —por años— ha provocado un importante rezago.
En 2018 —durante la campaña presidencial— AMLO prometió que iba a fortalecer el apoyo a las Normales, pero…
Los recursos para la ex Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación —DGSPE, hoy Dirección General de Educación Superior para el Magisterio, encargada de la distribución de los recursos a las normales— no han cambiado y, de hecho, este 2021 (en medio de la pandemia de COVID-19) se sintió un golpazo.
En 2019 el dinero asignado fue de 461 millones 390 mil 728 pesos, en 2020 se mantuvo en 461 millones 390 mil pesos y en 2021 se fue a los 170 millones de pesos —después de una caída de recursos entre 2016 y 2018 en el gobierno de EPN, esta fue la peor.
Dignificación de las Escuelas Normales Rurales
AMLO ha declarado que la entrega de becas —los recursos de manera directa para los y las estudiantes— ayudaría más que entregarlos a las ENR.
Esta idea ha sido cuestionada porque rompería con los “espacios de construcción colectiva” (según Ruth Mercado, investigadora del DIE-Cinvestav en entrevista con La Jornada) importantísimos para jóvenes del campo y, que regularmente, estas escuelas son la más preciada oportunidad que tienen para poder progresar.
Sin embargo, para Diego Juárez esto va más allá:
“La ampliación de becas (en general) está bien, va a ser útil, pero al mismo tiempo tendría que incrementar el presupuesto de las escuelas y dignificar los espacios donde los estudiantes viven, facilitar las condiciones de vida.
Sería un doble esfuerzo, hay que respetar que los estudiantes quieren seguir viviendo en las escuelas”.
Es decir, aunque todo parta de una declaración mañanera, hay que considerar que además de apoyar con becas a los y las estudiantes, el Estado debe dignificar las condiciones de vida en las Normales Rurales y fortalecer la oferta educativa.
De nada serviría un esfuerzo si este no es integral, si el Estado no fortalece la institución educativa. Eso fue lo que precisó Juárez Bolaños.
Equidad
“El modelo de las normales rurales ha sido también una opción para maestras rurales para encontrar una beca, una oportunidad en la educación y que no han tenido un acceso igualitario”.
Oresta López nos recordó que en sus inicios el modelo de las Escuelas Normales Rurales apostó por la participación de las mujeres, que si bien tuvieron presencia en la construcción del normalismo, con el tiempo se desdibujó.
El normalismo no quedó fuera de las brechas de género tanto en la educación como en el sector laboral, pero 2021 es un año de reivindicaciones.
Y junto con las Escuelas Normales Rurales, el papel de las estudiantes y docentes debe reconfigurarse ante los estereotipos que existen dentro del mismo magisterio.
Diálogo
En octubre de 2019 un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Río en Tenería, Estado de México, secuestró 92 autobuses y choferes para que el gobierno escuchara sus exigencias.
¿Cuáles eran? Que garantizará plazas para los egresados de las Escuelas Normales Rurales y el pago de becas completas.
Al final, la Secretaría de Gobernación llegó a un acuerdo, pero esta protesta no ha sido la única.
En mayo de 2021, 93 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá fueron detenidos en una protesta para evitar que el examen de admisión fuera en línea.
El argumento era que no todos tenían acceso a internet o una computadora y que esta medida daba pie a desventajas.
En junio de 2021, las estudiantes de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán protestaron frente al Palacio de Gobierno poblano para que terminara las obras en las instalaciones de la escuela, que garantizara los alimentos y que ayudara con un autobús para que pudieran realizar prácticas en el campo.
“Esas prácticas que utilizan les ha generado una estigmatización, definiéndolos de una forma bastante simplista, como revoltosos”.
Pero el tema es más complejo, explicó el también investigador del ITESO (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente).
Los estudiantes de las Normales Rurales heredaron una politización de décadas y han reaccionado así ante la falta de diálogo con el gobierno para resolver problemas de recursos o asedio.
“Muchas veces los jóvenes tienen que salir a buscar recursos, a través de bloqueos, toma de autobuses (…) es una manera de hacer presión y hacerse ver”.
La politización mezclada con el olvido del Estado, la vulneración de las comunidades campesinas y las violencia fue una especie de caldo de cultivo para algunos levantamientos, en ocasiones liderados por egresados de las normales rurales —como en el caso de Lucio Cabañas en la sierra de Guerrero en la década de los 70.
Aquí queda claro que el gobierno debe acercarse a estas escuelas y crear puentes de diálogo.
El regreso de la Escuela Normal Rural Luis Villarreal
Esta escuela fue inaugurada en 1926 y su historia llegó hasta 2008, cuando fue cerrada de manera “temporal” en el gobierno de Miguel Ángel Osorio Chong, después de varios intentos por cerrarla.
Una de las promesas de AMLO fue reabrir la Escuela Normal Rural Luis Villarreal —conocida como el Mexe— ubicada en Tepatepec, Hidalgo.
Y apenas a inicios de septiembre de este 2021 el gobierno de AMLO publicó una convocatoria para las inscripciones al ciclo escolar 2021-2022.
Se supone que hay 100 lugares para cursar la Licenciatura en Educación Primaria, con base en el plan de Estudios de 2018.
Este podría ser el camino para saldar una de las muchas deudas con las Normales Rurales.
Regresar a los orígenes para construir un futuro
“Estas instalaciones se hicieron en antiguas haciendas, se estaban expropiando muchas haciendas de latifundistas, muchas de ellas cuentan con campos de cultivo y ganaderos y esto era para que los estudiantes se formaran como agentes de cambio en el medio rural”.
Un ejemplo es la normal del Mexe, construida en una hacienda. El doctor Diego Juárez nos contó que el objetivo de construir las normales en haciendas era que los estudiantes supieran trabajar la tierra y compartir sus conocimientos con la población.
Pero con el paso del tiempo esto cambió:
“Los campos de cultivo anexos a las rurales o están abandonados o se han rentado a los habitantes de la comunidad. Poco a poco se ha ido dejando esta actividad”.
Lo mismo sucedió con los planes de estudio. Si echamos un ojo al programa de 1944, nos damos cuenta de qué era diferente:
Había dos planes. Uno para las normales y otro para las normales rurales. El segundo contaba con materias como Agricultura, Puericultura o Industrias Derivadas, además de Pedagogía o Idiomas.
En 2018 llegó un nuevo plan de estudios para las Escuelas Normales con cinco Licenciaturas: en Educación (Preescolar, preescolar indígena, primaria, primaria indígena), Educación Física, Inclusión Educativa, Enseñanza y Aprendizaje en Telesecundaria y Enseñanza y Aprendizaje en Educación Secundaria.
Para las Escuelas Normales Rurales este plan igual aplica —de hecho, en el Mexe se impartirá la Licenciatura en Educación Primaria.
Sin embargo, la doctora López Pérez consideró que lo adecuado es que el plan retomara materias como el trabajo agrícola o ambientales para los y las estudiantes rurales.
Un poco es echar a andar el concepto de que los y las estudiantes son agentes de cambio para las comunidades campesinas y ante nuevos contextos, es necesario activar a las Escuelas Normales Rurales.
“No es solamente transferir una beca a los jóvenes. Hay que fortalecer a las normales, las políticas de igualdad, ambientalistas, información sobre un modelo agrícola sustentable y que es necesario fortalecer en las comunidades para la protección de los recursos ambientales”.
O sea, colocar a las escuelas como un modelo de vanguardia como lo fue en la década de los 20.
¿Por qué son importantes las Escuelas Normales Rurales en México?
Es mejor esta perspectiva e ir soltando el temor —que por años se sembró— de la desaparición de las Escuelas Normales Rurales.
Aunque el doctor en Ciencias Sociales consideró que: “No las van a desaparecer, pero seguirá la inercia de continuar como instituciones con bajo presupuesto”, si el gobierno no hace cambios de fondo.
Por otra parte, Oresta López nos regaló una visión un poco más positiva, aunque no lejana a la realidad.
“Ha sido México el que ha mantenido el ejemplo de la política pública de formar maestros para el medio rural y yo espero que sigamos sintiéndonos orgullos de tener maestros rurales y espero que el gobierno logre fortalecerla… pero hay tantas heridas abiertas que es posible que esta oportunidad no se aproveche, porque la herida de los 43 (estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa) ha sido muy profunda”.