De acuerdo a una investigación realizada por el periódico El Universal, el contralmirante Francisco Gerardo Martínez Pastelín junto con sus hermanos, tiene una serie de bienes adquiridos por millones de pesos cuya procedencia no ha sido aclarada.
El mando de la Secretaría de Marina que se desempeña como jefe de ayudantes y es cercano al círculo del secretario de esa dependencia, Mariano Francisco Sáynez, negó la existencia de bienes que se hallan documentados en el Registro Público de la Propiedad, entre otras fuentes oficiales.
Algunas de las propiedades que han sido evidenciadas en la indagación del Universal son una casa, dos departamentos de lujo y un Ferrari modelo Spider, el cual Martínez Pastelín en entrevista dijo desconocer.
También se da cuenta que, tanto el contralmirante como sus familiares, en los últimos cinco años incrementaron su patrimonio y han realizado negocios que les permiten tener dichos bienes, mismos que en sus declaraciones anuales no tienen explicación. Por ejemplo, en la declaración de 2010 presentó ingresos como servidor público por 1 millón 018 mil 455 pesos; 11 mil 325 pesos por “actividad financiera”; y por “otros ingresos” sin identificar su origen, 1 millón 250 mil pesos, sumando un total de 2 millones 279 mil 780 pesos.
Incluso en su declaración de 2009 el contralmirante no reportó la compra de una casa de 1 millón 600 mil pesos, registrándola en su declaración patrimonial como “donación”; sin embargo, en el Registro Público de la Propiedad se demuestra que el inmueble fue comprado y pagado por Martínez Pastelín.
Entrevistado, el funcionario de la Semar indica que ya ha sido investigado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como por la de la Función Pública. Esta última dependencia dijo que no existe registro de alguna investigación sobre este funcionario.
“Estar siempre al lado del señor secretario causa ruido”, aseveró Francisco Gerardo Martínez Pastelín al respecto de estas denuncias: “la lucha aquí y en todos los lugares; en todas las secretarías siempre hay zancadillas. No sé, es la condición humana, yo creo…, la envidia, el egoísmo…”.